El comentario

Estepona: el día después

Es el día después de la intervención de la Fiscalía Anticorrupción en el Ayuntamiento de Estepona. Camino por algunas de sus más concurridas calles y da la sensación de que aquí la vida sigue igual. Sólo una partícularidad: la larga avenida donde se encuentran los juzgados está más animada que nunca. No es por incorporarme al grupo de curiosos o "cabreados" por las presuntas irregularidades cometidas por el alcalde y algunos de sus hombres de confianza, entre otros listos, pero me acerco a las puertas del edificio en cuestión. El escenario está custodiado por numerosos agentes de policía de la UDYCO, con sus furgones y zetas respectivos, y ocupado por periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión. Casi no caben. La noticia, sin duda, está tras el precinto que prohíbe el paso a los juzgados sin la autorización pertinente. Me tomo una coca-cola en el bar más próximo, que por cierto se llama "La Toga", y me marcho al trabajo. Minutos antes he podido advertir que en los establecimientos comerciales están sintonizadas las radios y en los bares encendidos los televisores. Los esteponeros más fieles a su pueblo sí quieren conocer los nombres de los implicados en la denominada operación Astapa: los de aquellos que han trabajado para sus intereses particulares.